jueves, 15 de septiembre de 2011

A la última en tecnología



Escribo este post mientras espero a que sean las 12 de la noche para ver los cuartos de final del Eurobasket (España-Eslovenia). Cuesta un poco mantenerse conectado a la actualidad de España, pero ocasiones como esta lo merecen.


Una de las cosas que más me llamaron la atención en Seúl, nada más llegar, era ver a todo el mundo con auriculares y un buen cacharro tecnológico en las manos. 

Hoy sin ir más lejos, el que estaba sentado al lado mía en el metro, de cuarenta años aproximadamente (por decir algo, ya que no es fácil adivinar la edad que tiene esta gente), estaba jugando al FIFA 2011 en un smartphone, metiendo dos y hasta tres dedos en la pantalla mientras jugaba. Yo estaba sentado al lado, mirando disimuladamente y se notaba que el tío controlaba tela. 

El otro día cuando volvíamos a casa Agustín y yo, había otro personaje con un iPad jugando a este juego:




Agustín y yo no le quitábamos ojo al que jugaba, porque estaría jugando con un nivel de dificultad máxima. Parecía profesional: tenía unos mega-auriculares inalámbricos conectados al iPad y las dos manos metidas encima del iPad, utilizando todos los dedos a una velocidad de locos. Nosotros flipando viéndolo jugar, y el resto del vagón, como si nada, cada uno a lo suyo.

Lo que pasa en el metro es curioso, porque levantas la vista y ves a todo quisqui enganchado con los auriculares, el smartphone o la tableta, jugando a juegos, chateando o viendo series. Se ven muy poquitos con un libro entre las manos, y la sensación que da al verlos es muy rara, como si fueran los frikis del vagón. Curioso, porque en España sería justo al revés.

Yo también paso tiempo todos los días en el metro, y algo se me va pegando de esta "fiebre" tecnológica. El iPhone lo he hackeado a la última y ya me he pasado varios juegos en la semana y pico que llevo aquí. No sé si es un síntoma de integración el que vaya con los auriculares puestos a casi todas partes; ya me he acostumbrado a escuchar podcasts cada vez que voy en el metro y aunque suene raro, ayuda a ser uno más. Por las mañanas escucho El Partido de las 12, que aproximadamente acaba en España cuando yo me levanto, y por las tardes me pongo Los Fósforos de Carlos Herrera, que también lo cuelgan en la red justo antes de que salga de trabajar. Se hace un poco raro escucharlo a esas horas, pero te alegran mucho el día y sobre todo hacen compañía camino al trabajo y a casa. 

Bueno, menos rollo, y os dejo por aquí un par de fotos que he sacado esta mañana en el metro para daros una idea de como son éstos:




1 comentario:

Nacho dijo...

Me surge una duda. Si Seúl es la ciudad que nunca duerme, ¿habría que desterrar de esa ciudad a los tres que salen en la primera foto?

En España somos más de libro, revista, ipod y movilete (lo digo porque comparando con esto...)

Un abrazo R2D2.