Gajes del oficio

No hace mucho conocí una persona que decía que no hay trabajo bueno ni malo, sino que todos los trabajos tienen su parte buena y su parte mala, y que hay que saber ver ambas partes y convivir con ellas. Digo esto porque, con todo lo que cuento cada día por aquí, a lo mejor estoy dando la idea de que en este trabajo todo es de color de rosa, y ciertamente tampoco es así, porque en éste, como en todos los trabajos, también hay una parte no tan "buena".

Ahora mismo os escribo desde un avión, volando desde NY a Austin (Texas), hacia el mismo sitio donde comencé a trabajar hace un par de semanas. La historia de por qué vuelvo de nuevo a Texas es un poco larga de contar, pero para que os hagáis una idea de como ha sido, así muy por encima, os la resumo con la archiconocida frase que dice: ya que vas, te podías pasar y traerte un par de birras, hermoso. Esto de que me iba a tocar a mí a ir a por birras a Texas ya me lo venía barruntando desde hace una semana, pero como anoche (miércoles) no había recibido ningún encargo desde España, ni nadie me había comentado nada, casi que contaba con que no iba a tener que ir.

Pobre infeliz de mí, que a veces se me olvida que trabajo en una empresa española, y como buenos españoles que somos, las cosas se hacen a última hora, como Dios manda. Pues así ha sido, hoy jueves, cuando me levanto y miro el correo, veo un mensaje del tipo ¿por qué no te pasas por Texas a hacer eso que ya habíamos hablado antes de que te vuelvas para España? Ahí queda eso, como el que baja a Andújar a comprar cuatro cosillas al Carrefour...

Pues como os podréis imaginar, la mañana ha sido un poco coñazo, de muchos preparativos, hablando por teléfono con la secretaria de Málaga para preparar todas las cosas del viaje: cambiar vuelos, nuevo hotel, nuevo coche de alquiler, cancelar las reservas que ya tenía hechas... En fin, que te haces la idea de que las cosas van a ser de una manera y cuando menos te lo esperas, los planes cambian y tienes que hacer la maleta en 0,2. Con el tiempo se le va cogiendo el truquillo a esto y uno se se le agudiza el olfato y el acierto en los barruntos sobre lo que puede pasar, por lo que este tipo de sorpresas poco frecuentes no te suelen pillar desprevenido.

Por lo menos hemos conseguido evitar estar otra semana por aquí y hemos cuadrado el asunto para volver este fin de semana a España. No llegaré el sábado como tenía pensado, pero llegaré el domingo a mediodía a Málaga, a tiempo para ver como el Madrid no va a ganar la Liga y el Málaga va a bajar a 2ª. Me quedo sin echar unas birras con vosotros, sin partido de fútbol-7 ni de pádel, sin salmorejo de mi madre y sin pelarme en el Diego... pero que le vamos a hacer, son gajes del oficio. La semana que viene pillaré todo eso con más ganas.

Por lo menos el lunes no iré a trabajar, me lo he pedido libre para descongestionar un poco. Así que el próximo lunes, cuando volvais llenos de alegría al trabajo, instituto, colegio o cualquier cosa que hagáis que necesite de madrugar y de poner el empeño y la dedicación de cada lunes, por favor acordaos de mí; seguramente estaré en la playa. Yo también me acordaré de cada uno de vosotros con mucho gusto.

Cosas curiUSAs:
La tripulación de cada aerolínea suele tener una presencia y una manera de hacer las cosas acorde con el país de origen de cada aerolínea. Por ejemplo, con Korean Airlines, las azafatas iban vestidas con kimono y lucían moño con palillos. La tripulación de British Airways se caracteriza por ser muy correctos y educados en el trato, manteniendo las distancias, por supuesto. En los vuelos con aerolíneas americanas la tripulación suele ser muy campechana, bromista y propensa a hablar distendidamente con los pasajeros de cualquier tema.