Locos por el surf

Los chulos se ven en el corte y El agua del Pacífico está salada. Creo que éstas son dos buenas frases que pueden resumir mi experiencia surfera de hoy.

Después del madrugón para ver los coches y la Vuelta, me he ido a una playa en el centro de San Diego a la que ya le había echado el ojo. La playa en cuestión se llama Mission Bay, y quería ir allí porque alquilaban tablas de surf a muy buen precio. 

Total, que llego al sitio y después de echar una visual para ver la playa y eso, me meto en la tienda, y al rato salgo vestido con un traje de neopreno de cuerpo entero y con una tabla de más de 2 metros que pesa como un muerto. Y así, tan flamenco, me tiro yo para la playa, sin tener ni p... idea de surf, igual que uno de ciudad que nunca ha ido al campo, pero con la única idea en la cabeza de allí donde fueres, haz lo que vieres.

Así que llego a la orilla y me acerco a una zona donde había varios surfers dale que te pego con las olas y la tabla y poco a poco me voy acercando a ellos remando, tumbado sobre la tabla, fácil, y me paro junto a ellos en la zona del rompeolas, sentado en la tabla como todo el mundo, esperando que llegue alguna ola guapa (esto funciona así, lo mismo hay cinco minutos de calma chicha que otros cinco en los que empiezan a entrar olas). Pues allí estaba yo tan pancho, esperando como una más a que llegase una ola guapa y al final llegó, vaya que si llegó, llegó una ola guapa. Guapa, guapa. Yo creo que demasiado guapa para mí. El proceso desde aquí hasta la orilla, 20 metros más adelante, es el proceso de lavado-centrifugado en movimiento que finaliza en tirabuzón una vez que tocas con la cara la orilla de la playa.

Desengaño y humillación: lo que parecía tan fácil al final no lo es. Los toros se veían muy bien desde la barrera, pero una vez dentro las olas acojonan tela por el tamaño y la fuerza con la que vienen, sobre todo al principio... Eso sí cuando estás dentro es digno de admiración ver cómo los colegas surfers de al lado se manejan con la tabla con tanta facilidad. Esta foto la saqué antes de meterme en faena:

Por mi parte, desde esta primera entrevista y durante las dos horas en adelante he estado dando "espectáculo" gratis para toda la playa, aunque no precisamente espectáculo del bueno. Poco a poco, mediante la técnica de prueba-error (error fuertemente penalizado) he ido aprendiendo rápidamente lo que NO se debe hacer con la tabla sobre el agua y al final de la mañana ya era capaz de esperar y coger la ola buena, y de ponerme de pie encima de la tabla por unos segundos, lo que después de tanto sufrimiento es reconfortante, una victoria trabajada. 

La aventura ha acabado después de unas horas, cuando apenas podía remar más, cansado de tanta pelea con las olas. El resultado final ha sido un desollón en el pecho y un hambre que te cagas. El desollón serán un par de días, pero del hambre ha sido fácil de resolver, un "drive-tru" por el MacAuto y pa la casa.

Evaluación final: a pesar de las penurias de hoy, la próxima vez que tenga la oportunidad repito con los ojos cerrados, y más ahora que ya he aprendido y sé cómo va esto. A cualquiera que tenga oportunidad de hacerlo os lo recomiendo, es muy divertido. Por cierto, si os podéis pillar alguien que os enseñe los conceptos básicos, mejor, así os ahorraréis unos cuantos revolcones de gratis.